La norma ISO 9001:2015 no sufrió cambios en cantidad sino en calidad.
La DGCFT ha declarado anteriormente que pretende convertirse en una "institución que aprende" y si se realiza la adecuación del SGCI que se tiene actualmente a los nuevos requisitos, las
declaraciones tendrán que transformarse en acciones concretas. Expliquemos brevemente la raz+on de esta afirmación.
Aunque anteriormente se percibía en la ISO 9001 el espíritu del FODA, en la versión 2015 se plantea explícitamente en el apartado 6.1.1, denominándolo "Acciones para abordar riesgos y
oportunidades".
Asumimos que para definir las Amenazas (que la norma denomina "Riesgos") se deben considerar las Debilidades de la organización y que, para determinar las Oportunidades, debemos
tener presentes nuestras Fortalezas. Así, dado que en diversos cursos impartidos al cuerpo directivo de los CECATI en los años pasados y en reuniones nacionales de la DGCFT se abordó el análisis
y construcción del FODA institucional, si en realidad esta metodología se ha aprendido, no tendremos problema para introducir exitosamente este enfoque en el Sistema de Gestión de la Calidad
institucional.
Asunto muy diferente es lo planteado en 7.1.6 "Conocimiento de la organización", porque no existe un antecedente declarado de que al menos en una ocasión, hayamos "determinado los conocimientos
necesarios para la operación de los procesos y para lograr la conformidad de los productos y servicios". Además, "... estos conocimientos deben mantenerse y ponerse a disposición en la medida
en que esto sea necesario".
Por último y quizá con mayor importancia, "cuando se abordan las necesidades y tendencias cambiantes, la organización debe considerar sus conocimientos actuales y determinar cómo adquirir
o acceder a los conocimientos adicionales necesarios y a las actualizaciones requeridas".
Estos tres pequeños párrafos plantean en esencia, la necesidad de crear el sistema de gestión del conocimiento que ya hemos comentado en algunas pláticas de pasillo en los recesos de los cursos o
reuniones en las que hemos coincidido como miembros del grupo de auditores internos del SGC.
¿Cómo podríamos construir dicho sistema de gestión del conocimiento?; en realidad, muy fácilmente.
Primero, en una reunión de "la alta dirección", podrían determinarse los conocimientos necesarios al nivel estratégico, para ambos objetivos: la operación de los procesos y la conformidad del
servicio que prestamos. Luego, se les pedirían ideas acerca de cómo mantenerlos y ponerlos a disposición de quienes los requieren cotidianamente. Metaplan serviría perfectamente para ésto.
Por su parte, los responsables de plantel podrían replicar este ejercicio en su respectivo ámbito, en los aspectos administrativo y académico; mejor aún, lo académico podría trabajarse mediante las
academias nacionales de especialidad, en lugar de hacerlos perder el tiempo determinando una herramienta conductista que muy poca utilidad tiene, como el Banco Nacional de Reactivos (¡cuántos
años invertidos en algo de tan poca utilidad!, ¿verdad?)
Mantenerlos y ponerlos a disposición tampoco es tan complejo, considerando que la SEP tiene toda una división dedicada a los servicios de internet y que la misma DGCFT tiene un banco de servidores
y muchos planteles con servicio de internet de primera categoría.
Para "cómo adquirir o acceder a los conocimientos adicionales necesarios y a las actualizaciones requeridas", tan simple como realizar ejercicios de prospección con ayuda de expertos en el ramo,
de otras organizaciones e incluso, de la iniciativa privada, para nutrirse de ideas, aunque las visiones que algunos instructores me han comentado, no dejan de ser muy interesantes.
En un par de años podríamos tener operando nuestro sistema de gestión del conocimiento, a disposición de todos los colaboradores que lo requieran, retroalimentándose y retroalimentando al
sistema constantemente, con lo que evitaríamos la obsolencia.
¡Ay, qué bonito es soñar!, ¿no lo creen?
domingo, 13 de diciembre de 2015
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